Políticos utilizan a su familia para promocionar su imagen.
El anuncio espectacular supera lo imaginable: una fotografía de un diputado con dos niñas de unos dos o tres años, que se supone son sus hijas. Al pie de la foto dice: un hombre de familia y de valores
La relación entre la foto y la frase al pie no tiene relación, a menos que se refiera a los valores monetarios. Pero la exhibición de sus hijos no revela la posesión de valores, sino un abuso irresponsable, o por lo menos imprudente e inescrupuloso de unos niños que se utilizan con finalidades políticas.
Los niños deben ser protegidos, y esta obligación corresponde a los progenitores y al Estado mismo. En virtud de que no tienen capacidad de decisión por sí, y dado su escaso desarrollo físico y psicológico, son los padres quienes eventualmente toman decisiones en su lugar. Tanto los padres, como el Estado, cuentan con la obligación de velar en todo momento y bajo cualquier circunstancia por el “interés superior del niño”.
Justamente para garantizar la seguridad, la privacidad y el normal desarrollo del niño y niña, se toman una serie de medidas, previstas en ordenamientos legales nacionales e internacionales. Aunque el diputado cuenta entre sus funciones el legislar y ello supone su conocimiento de la legislación atinente a los niños, la exhibición de sus hijos revela una actitud irresponsable que no respeta medios para alcanzar sus fines.
La exhibición de los niños, casi unos bebés, podría parecer inofensiva y hasta simpática, si no fuera porque se les utiliza irresponsablemente para finalidades políticas del padre, y porque les expone a la publicidad, que podría traerles consecuencias no deseadas o que podrían incidir en su sano desarrollo. Además, los expone a riesgos en su seguridad e integridad en tanto potenciales objetivos de la delincuencia y de los opositores políticos del padre.
Habrá que aclarar que no es el único caso en que se utilizan niños para llamar la atención y promocionar la imagen. Parece que es una tendencia en los promocionales de políticos que aspiran a cargos de elección popular. Creo que esa estrategia la tomaron de las campañas presidenciales en México y en Estados Unidos, y también de imágenes publicadas de mandatarios que se hacen retratar con la familia.
Al parecer nuestros políticos están muy preocupados por trasmitirnos pasajes de su vida que desconocemos. Por eso, publicitan fotografías con mujeres, con niños, con adultas mayores, con indígenas, haciendo deporte, y hasta cargando un poste. Todo indica que no se puede evitar que los políticos promocionen su imagen, sin embargo, sí creo que valdría la pena legislar en función de prohibir expresamente la utilización de menores y aún de personas mayores sin su consentimiento. No me parece que el “interés superior del niño” previsto en la Convención sobre Derechos del Niño, se asegure exponiéndolos en campañas políticas.